Cuando al reconocido astrofísico y divulgador Neil deGrasse Tyson, discípulo de Carl Sagan, le cuestionaron sobre si el ser humano conquistaría otros planetas, dijo que en su opinión solo sería posible si además de la innata curiosidad de nuestra especie existía también una motivación económica.
Es decir, la conquista espacial tendría que ser rentable.
No nos engañemos, este factor es un motor muy poderoso. Sí, hay cada vez más gente comprometida con el medioambiente, gente que desea apostar por las renovables o legar a sus hijos un futuro mejor, pero otros muchos no se sumarán a la transición energética si no perciben en ello una inversión en términos estricta y puramente económicos. Puede parecernos reprobable, pero es un hecho.
Así que, después de este prolegómeno, surge una duda razonable:
¿Es rentable el autoconsumo fotovoltaico en el plano doméstico?
Y para dar respuesta a esta pregunta sin que el artículo se convierta en un ladrillo ilegible, vamos a centrarnos en este caso en la rentabilidad de las instalaciones fotovoltaicas domésticas conectadas a red.
Respuesta corta: el autoconsumo fotovoltaico sí es rentable
Una instalación de autoconsumo fotovoltaico es una inversión cuyo montante depende de muchos factores. Y como toda inversión, nos promete un retorno económico, pero además lo hace con un riesgo muy bajo.
Invertir en fotovoltaica, una inversión de bajo riesgo
En general, todos los elementos de una instalación fotovoltaica bien dimensionada y funcionando correctamente son durables y nos van a proporcionar un retorno.
Las placas, por ejemplo, suelen contar con una garantía ante defectos de fabricación de 10 años y otra de rendimiento que nos promete que el rendimiento mínimo será un porcentaje de la potencia nominal trasncurrido X años. Por ejemplo, el 80% transcurridos 25 años. Depende del fabricante.
Los inversores, el corazón de toda instalación fotovoltaica, tienen también una elevada vida útil. La legislación europea establece que la garantía mínima de cualquier producto ha de ser de 2 años y por lo tanto es el mínimo para todos los elementos de la instalación. Cada fabricante de inversores, en su caso, ofrece desde esos dos años a cinco, diez…
En muchas ocasiones existe la posibilidad de comprar extensiones de esta garantía, algo que podemos sopesar. Los inversores de SMA por citar un caso poseen una garantía de 5 años, puediendo extenderse hasta los 20.
Ni que decir tiene que independientemente de que optemos por extender o no las garantías, es recomendable invertir un poco más en equipos de calidad que optar por soluciones muy asequibles cuya durabilidad pueda verse comprometida antes de que la instalación quede amortizada.
Piénsalo, ¿prefieres gastar un poco menos y que se te estropee el elemento central de la instalación a los pocos años? ¿O quizá adquirir un equipo que, en caso de tener algún problema, ni siquiera cuenta con servicio técnico en tu país?
Escenario proclive para que la fotovoltaica sea rentable
Por una parte, y pese a que afectase parcialmente a nuestro negocio, nos gustaría decir que el escenario será menos dado en el futuro a invertir en fotovoltaica al menos en términos de que el coste de la electricidad no va a seguir subiendo… pero no es así.
Una de las muchas razones por las cuales la fotovoltaica tiene un retorno tan bueno en nuestro país, es por los elevadísimos costes de la electricidad. Según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, entre 2003 y 2015 el precio medio para el consumidor doméstico de electricidad se encareció un 83.2%. Costes que siguen en aumento.
Bien es cierto que gran parte de los costes reflejados en una factura eléctrica no tienen que ver con la energía que consumimos (potencia contratada, alquiler de equipos de medida o impuestos). Pero aún así, podemos disminuir de forma notable nuestra factura.
Una idea excelente es, antes incluso de plantearse la instalación fotovoltaica de autoconsumo, “pulir” nuestro contrato, optimizando aspectos como la potencia contratada o contratando tarifas de discriminación horaria si no contamos con ella.
Costes cada vez más asumibles
Otro factor que tiene gran parte de culpa de que la fotovoltaica sea hoy rentable es el gran descenso de costes de los componentes, que ha facilitado la penetración de estas tecnologías en el mercado.
Mientras el precio de la electricidad se dispara, el de la fotovoltaica cae en picado. Nos lo ponen fácil.
Si bien hasta hace unos pocos años una inversión doméstisca suponía un gran desembolso, ya no es así. En la siguiente gráfica elaborada por el fabricante de paneles ATERSA puede comprobarse el acuciado descenso del precio de los paneles. Y aunque el ritmo de ese descenso ha decelerado, sigue continuamente a la baja.
Por otra parte, la Facturación Neta aunque aún se está desarrollando ya está teniendo repercusiones en el sector y hace que por ejemplo se opte en mayor grado por instalaciones más asequibles sin acumulación (ciñéndonos, recordad, a instalaciones de autoconsumo conectadas a red). Pero de eso hablaremos más adelante.
Respuesta larga: factores y ejemplos de amortización en instalaciones fotovoltaicas
Obviamente, para conocer el periodo de amortización de cada instalación fotovoltaica se requiere un análisis concreto.
Transcurrido ese periodo de amortización en el que el ahorro generado por la instalación ha cubierto los costes de la misma, la instalación seguirá generando electricidad gratuita, lo que se traduce por tanto en un retorno económico.
Entre los principales factores que influyen en el plazo de amortización se encuentran:
- La inversión inicial
- Posibles incentivos o subvenciones.
- La curva y los consumos del cliente.
- La producción fotovoltaica de acuerdo a su ubicación, morfología de la cubierta, etc.
- La modalidad de pago (posibles intereses).
Ejemplos reales de estudios de amortización
Vamos a ver un par de ejemplos, en el ámbito doméstico, de clientes reales para los que hemos optado por distintas soluciones.
Casa adosada en San Juan Playa
En el primer caso, se trata de una vivienda en San Juan Playa (Alicante). El cliente quería máxima calidad y rendimiento, pero no tenía demasiado espacio disponible en su cubierta.
Por esta razón, se optó por paneles Axitec de célula partida, de 60 células (con dimensiones más reducidas que los de 72 para aprovechar al máximo el espacio) y 320 Wp. En concreto, 14 paneles coplanares que se traducen en 4.48 kWp de potencia instalada.
Por otra parte, tenía algunas sombras en la cubierta y además estaba muy contento con el funcionamiento del sistema SolarEdge en otra vivienda, así que nos decantamos por este sistema.
SolarEdge, recordemos, funciona en combinación con optimizadores instalados en cada panel que nos aseguran extraer el máximo rendimiento de cada uno de ellos. La producción individualizada de los mismos permite evitar que las sombras generadas por obstáculos en el techo afecten a toda una serie.
La curva de consumo no era especialmente favorable, dado que consumía bastante más en invierno que en verano (algo bastante frecuente).
Se trataba de una instalación, en definitiva:
- Con limitaciones de espacio que han requerido paneles potentes y más costosos.
- Con sombras ante las que hemos optado por optimizadores, lo que también incrementa la inversión inicial.
- Un consumo anual de 5.508 kWh, pero con una curva poco favorable ya que aumenta en los meses de menor producción FV.
¿Y cuál es el resultado en este escenario?
No está nada mal teniendo en cuenta las condiciones citadas, ya que el periodo de amortización es perfectamente asumible: 9 años. Con un TIR del 19,36%.
Chalet individual en Pedreguer
En este caso el cliente tenía un consumo elevado dado que la vivienda, de ocupación habitual, tenía grandes dimensiones. En concreto 9.988 kWh anuales.
Cabría esperar por tanto que el dimensionamiento del campo fotovoltaico arrojara una potencia instalada mayor que en el caso anterior, pero no fue así. La morfología y orientación de las cubiertas, a cuatro aguas y con obstáculos, lo impedía a efectos prácticos.
Se decidió por instalar paneles en este caso de 72 células pero de gran potencia (360 Wp). 10 paneles que nos otorgan 3.6 kWp instalados.
De este modo se aprovechaba al máximo la cubierta orientada al sur y se disminuía notablemente el coste de la instalación, ya que también era más accesible y siempre es más sencillo operar en una cubierta que en varias.
Como puede comprobarse, el consumo es un elemento fundamental a la hora de dimensionar la instalación, no cabe duda, pero a menudo no más que la propia cubierta de la vivienda.
Dado que en la ubicación seleccionada para los paneles no había obstáculos que pudieran arrojar sombra, optamos por un fiable inversor Kostal. La curva de consumo anual, por cierto, era aún peor que en el caso anterior, mucho más pronunciada durante el invierno.
Teníamos pues, en este caso:
- Un cliente con un gran consumo y un gran potencial de ahorro.
- Aunque la cubierta no permitía gran cantidad de potencia instalada, poseía una parte a pleno sur, sin sombras, de excelente rendimiento y fácil instalación.
- Un consumo anual de 9.988 kWh , pero con una curva muy poco favorable.
¿Cuál fue el resultado?
Un periodo de amortización de solo 5 años. Con un TIR del 32.46%.
Y lo que nos queda en el tintero: la Facturación Neta
Gracias a este mecanismo, las instalaciones domésticas fotovoltaicas conectadas a red, en términos generales, se van a amortizar en un plazo aún menor. ¿Por qué?
Básicamente porque cuando más energía producimos, a medio día, podremos verter los excedentes a red.
Dichos excedentes serán valorados a precio de mercado mayorista (4-6 céntimos el kWh), y aunque no podremos obtener directamente un beneficio económico como en el Balance Neto, esa cifra nos será descontada con carácter mensual del término de energía de nuestra factura.
Es decir, la Facturación Neta puede actuar como una especie de “batería virtual”, haciendo más rentables especialmente aquellas instalaciones que tienen una curva de consumo diario con picos durante la mañana y la noche.
Un ejemplo bastante habitual, ya que resulta común que por motivos laborales durante las horas centrales en las que nuestros paneles más producen, estemos fuera de casa.